jueves, 15 de julio de 2010

Diario de un viaje al norte de la India 30 09 2009

Hoy he descansado bastante bien, ayer tenía un tute encima que no podía con mi alma, nos hemos levantado pronto para disfrutar un poco del fresquito. La verdad es, que por la mañana refresca, desayunamos en una terraza frente al Ganges bastante bien y nos relajamos hasta las 8:30. El plan de hoy es ir a ver unas cascadas en la montaña, hora y media caminando, compramos agua para llevar en el camino y salimos dirección norte, a unos 5 km está el desvío hacia el parque natural, la subida empieza suave, pero a medida que avanzamos nos introducimos en un bosque espeso y la cuesta se empina, dicen que es 1,5 km, esto no es real… cuando llegamos a una cascada, decidimos bañarnos porque el esfuerzo nos hace sudar de lo lindo, tras un rato comenzamos a plantearnos volver ya que con las cuestas que hay no pensamos que cerca haya mas cascadas, pero un anciano que baja la cuesta nos indica con gestos que arriba hay otra cascada y se puede nadar. Según subimos tenemos momentos de arrepentimiento ya que la cuesta se convierte en una cima… poco a poco llegamos hasta una cascada enorme con un laguito que nos invita a refrescarnos, la temperatura no es tan alta y se puede disfrutar del momento, parece increíble el cambio que se produce unos metros más arriba. Cuando nos hemos refrescado, decidimos subir un poco más, ya que estamos, seguro que lo duro ya ha pasado, el camino al principio es peor… cuando coronamos la subida, continuamos por una acequia para el riego, el paisaje cambia radical, de bosque cerrado se convierte en un valle lleno de campos sembrados de arroz, el verdor es alucinante, tiene muchos matices que lo hacen muy atrayente. Continuamos 3 kilómetros más y ni rastro de cascadas, preguntamos a un hombre y nos dice que más arriba, pero ya estamos satisfechos de andar, cascadas y nuestros estómagos rugen con fuerza, con lo que bajamos. En la bajada coincidimos con dos españoles en la cascada y charlamos sobre su viaje y el nuestro, una charla divertida. El resto de la bajada la hacemos tranquilamente. Cuando llegamos abajo, Mahendra está comiendo, nos dice que la comida está buena, así que decidimos comer allí, es el típico bareto de carretera hecho de bambú, muy curioso. Por la tarde decidimos dar un paseo hasta el aarti, esta vez bordeando el Ganges, he visto en un mapa que hay playitas, el camino es mucho más bonito que el otro, está lleno de vegetación y de centros de meditación (Asram), deambulan muchos yoguis, sadhus y extranjeros con ropajes naranjas, están meditando en retiro espiritual. En el camino, buscamos una escuela para dar todo el material que he recogido de amigos, encontramos una del gobierno, pero está cerrada, un vendedor que teje gorros frente a la escuela, nos informa, confiamos en su buena y le dejamos todo para que lo entregue al profesor, parece que le conoce, lo dicho confiamos que lo entregue y no lo venda a los propios chicos de la escuela. Las playas son atractivas e invitan al baño, he leído que hay que tener mucho cuidado ya que hay mucha corriente y ocurren accidentes a los incautos, al final caigo en la tentación y bajamos para bañarme, Car tiene más respeto y prefiere esperar sentada disfrutando de la vista, varios niños nos aborda intentando vendernos flores y ofrendas, aunque les decimos que no, continúan hasta que se cansan, el baño es realmente reconfortante, hay mucho contraste de temperatura entre el ambiente y el río, disfruto como un niño. Cuando salgo Car está hablando con unos supuestos Sadhus que le piden dinero para medicinas, y me dice que si tengo algo para darles, les pregunto qué cuanto quieren a ver qué tipo de Sadhus son o más bien que avaricia tienen, me piden 200 rupias, me sonrío, le digo que le voy a dar algo para ayudarles, pero cuando hago el gesto de darle 5 rupias, me las niegan, entonces les digo que no les hace falta el dinero, y cambia su actitud instantáneamente, se ponen un poco agresivos gritando, con calma le digo que si fuera un Sadhu, que lo dudo, se conformarían con lo que les doy y con lo que otros les den por caridad, podrán comprar lo que necesitan, su respuesta es que yo tengo mucho… después de un intercambio de opiniones, me dice que si le doy el dinero, le contesto que si le hace falta sí, pero que cuando uno pide por necesidad, todo dinero es bueno aunque sea una rupia, me hace el teatrillo como que si pero se nota en su mirada que lo que quiere es la pasta, se lo doy y se marchan, nos quedamos como atontados mirando el curso del río, mientras a nuestro lado se bañan varios yoguis y se sientan en la orilla mirando al sol y rezando. Entonces ocurre algo que nos permitió sumirnos en la relajación y el disfrute, un grupo de yoguis con una extranjera, se sientan a nuestro lado y después de darse un refrescante baño, uno saca una flauta y toca melódicamente, mientras los demás se ponen en posición de rezo y rezan mientras disfrutan de la melodía, al poco tiempo llega otro que se une a la música con otra flauta, este último le hice unas fotos ayer en el aarti, disfrutamos del atardecer, en ese ambiente placentero, mientras hago alguna foto. Cuando terminan, le enseño la foto que le hice al personaje de ayer y se ríe mientras se ve, me pide que se la mande por correo cuando pueda, en eso quedamos, la vuelta al hotel ya de noche, es muy relajante, en el camino hacemos alguna compra y decidimos cenar en la terraza del hotel para disfrutar la última noche en Risikesh frente al todo poderoso Ganges. Mañana salimos camino de chandigarh, Shimla lo dejaremos para otra ocasión, ya que no cuadra el trayecto con los días que tenemos y va a ser mucha paliza en el coche, ya lo será de esta manera…

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