martes, 28 de abril de 2009

DIARIO DE UN VIAJE A MARRUECOS, MARRAKECH, ATLAS 11/02/09

Como no, me levanto antes de amanecer. Cuando viajo, las ganas de ver algo nuevo, hacen que mi subconsciente trabaje más de lo habitual y me despierto sin apenas esfuerzo "Como un reloj". Se me complica la salida salida del hotel, las puertas atrancadas con sillas a modo de cerrojo y la puerta exterior cerrada a cal y canto, remoloneo un poco, pero al final despierto al señor que yace placidamente enrollado en una mantita en el salon de té "como es su trabajo", se despereza lentamente y adormilado me saluda y se tambalea dirección a la puerta, me abre, no me canso de decirle: perdón! me dice: pa problem. Una vez en el exterior y con vía libre, camino por la carretera en busca de una entrada al palmeral, es alucinante caminar por el interior, ni me lo imaginaba, desde el exterior tienes otra visión diferente. A ambos lados del camino hay un muro de adobe, detrás de estos parcelas sembradas con pequeños brotes verdes, salpicado de arboles frutales en los alrededores ( granados, almendros) y ocultando todo esto gigantes palmeras que lo cubren todo. también hay un canal de agua que han desviado del río para el riego del oasis. Este es mi primer obstáculo para llegar a la kashba que corona la montaña. El sol comienza a teñir de anaranjado el cañón del Dráa y las puntas de las palmeras.La vista es impresionante. Hago malabarismos sobre una cañería agarrado a una palmera y cruzo como puedo(jugándome un chapuzon). Una vez pasado el obstáculo, con algún pequeño percance (me pincho la mano con la palmera, nada serio), subo por la montaña hasta llegar a la kashba, está abandonada y no vive nadie allí, salvo unos perro que al verme huyen montaña arriba. doy una vuelta por el interior, está muy deteriorado, pero tiene su encanto. salgo y disfruto del amanecer en lo alto, con todo el valle a mis pies cambiando de color a cada momento, espec-tacular!!!. Al poco despierto de mi sueño, tengo que bajar a desayunar que hemos quedado a las 8. cuando llego ya están manos a la obra con el desayuno, me acoplo y desayunamos como visires. (zumo de naranja, huevos cocidos, yoghurt, pastas, pan con mantequilla y mermelada). Recogemos los bártulos, y salimos por la pista dirección a Zagora, el camino es mucho mas interesante que por la carretera, pero más lento, atraviesa mas núcleos urbanos que permiten ir viendo las costumbres y es mucho más atractivo. Se puede atravesar en coche perfectamente y está poco transitada. Paramos en una escuela a dar unos lapiceros para los niños, aunque nos cuesta encontrar a la profesora, luego los niños se arremolinan pidiendo cosas, el Raúl como viene bien provisto reparte golosinas. Nos marchamos antes de que se monte el lió con los peques, aunque la cámara de fotos les disuade. Las vistas desde la pista con fantásticas dentro de un cañón con sembrados, palmerales, frutales y el río bañándolo todo. En una zona alta donde se divisa el palmeral paramos a contemplarlo, Coincidimos con una familia francesa con ascendientes españoles, son muy graciosos, se llaman así mismos: los Garcia, con la barriga vacía y se desconjonan, charlamos un rato y continuamos (los seguiremos viendo por el camino más veces). en el siguiente pueblo decidimos coger el enlace con la carretera para avanzar más, decisiones en grupo. En el camino paramos a comprar unos dátiles que en la guia los recomiendan como dulces y buenos, aunque te intentan tangar tanto en el precio como en la calidad, al pagamos 20 dh pero seguro que por 10 Dh las consigues, nos parecen malos, aunque luego nos dirán que son buenos, (yo sigo con mis dudas). En el camino recogemos a un marroquí y le llevamos 5km, no habla nada de francés, así que no podemos comunicarnos, al llegar nos hace gesto que si queremos tomar un té, pero por alguna extraña le decimos que no y gracias, luego nos lamentamos en el camino, estas experiencias hay que aprovecharlas. Llegamos a Zagora y no nos parece nada especial, hacemos compras para comer en el camino y alguna cosilla en el mercado. Tenemos la típica charla grupal para llegar a un acuerdo de que hacemos y poner las cartas sobre la mesa. Decidimos atravesar por una pista que sale desde el oeste de zagora dirección norte Merzouga (doscientos y pico km, con salidas a 90 y 140). No tardamos ni 5km en darnos cuenta que 90 km por esa pista, sería nuestra muerte. Las piedras tocando los bajos se encargaban de recordárnoslo, un poco de tensión grupal por la decisión de dar la vuelta y al final se impuso la lógica. (desde aquí quiero decirle al Metra, que ya te vale!!, esa pista es para todo terreno ¡tronco!).Después de esto decidimos tirar millas a Merzouga y pillamos carretera y manta, en Nekob nos para la policía, nos observa y nos dice que continuemos sin más, paramos a comer en una gasolinera cercana, donde pillamos coca colas(4-40Dg), tortillas francesas (2 -40Dh), y junto con las compras nos hacemos un picknic en la terraza, esta hora es critica sin haber comido, provoca el llamado estres del hambre, Teoría del Always sobre "el comportamiento social grupal por falta de alimento a su justa hora". Teoría refutada en varias ocasiones durante el viaje. Perdemos el Gps en el camino por problemas eléctricos, el fusible ha petado. Joselo pilota comiéndose los kilometros como Carlos Sainz. Otro control en Rissiani con el mismo comportamiento, pasar despacito y continuar. Cuando estamos cerca de Merzouga, la gasolina escasea, y con el acojone de no encontrar gasolinera llegamos a la ciudad, donde nos confirman que no hay gasolineras, solo gente que vende botellas, puede ser un clavo de flipar!!! Paramos en la plaza para fumar un cigarrillo y pensar guay y ver que hacemos, mirando las guias y charlando. Al rato se nos acerca un berebere para hacer su trabajo, se llama Sofian, nos come la cabeza con que su hotel sale en la guia, que lo podemos mirar y nos ofrece habitación con cena y desayuno por 150 Dirhams por cabeza comprobamos precios y recomendaciones de la guia y como habla bien español, y si decidimos hacer alguna excursión podemos dejar todo bien definido, además el chaval es enrollado, y nos parece bien a todos, nos lleva hasta la kashba con su moto ya que no tenemos mucha gasolina y así no damos vueltas que es de noche y no se ve un carajo. El complejo está bastante bien, no hay mucha gente, vemos las habitaciones y decidimos quedarnos, dejamos las mochilas y nos vamos al salón donde nos invitan a tomar un té, sacamos los dátiles como muestra de agradecimiento, esta vez no está Sofian, se nos presenta Vara, el cherif de "La tradition" nos sirve el té y acepta los dátiles (le parecen buenos), nos explica que podemos hacer alguna excursión si queremos y nos ofrece una ruta que consiste en lo siguiente: Excusión en dromedario con un guia de habla hispana por el desierto de "Er Chebi", duración un día con una noche, visitando un pueblo nómada y durmiendo en una jaima en el oasis, con la comida, cena, desayuno y agua para toda la excursión, regateamos un rato, pero sin mucho empeño y lo dejamos en 2000Dh los cuatro, una vez cerrado el negocio con un apretón de manos, nos sirven al cena que nos incluye el precio de la habitación y cenamos charlando un poco de como va el viaje, comunicación, tensiones, risas, etc. y a la piltra que mañana hacemos de bereberes por el desierto.




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